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Presentación

 

En esta web queremos ayudar a todos aquellos que se embarcan en la aventura de emprender ya sea como autónomo o bien montando una pequeña empresa. Nos vamos a centrar en empresas de España ya que es el terreno que dominamos.

 

Iremos viendo que pasos debemos dar formalizar la empresa, que requisitos debemos de cumplir, que debemos tener en cuanta para que el señor Montoro no nos persiga, etc.

 

También vamos a tratar formas de financiación. Esto puede parecer secundario pero llegado el momento puede marcar la diferencia entre sobrevivir y cerrar una empresas.


 

¿Es viable tu proyecto?


Antes de emprender cualquier actividad empresarial debemos plantearnos si nuestro negocio tiene futuro y la forma de hacerlo es trasladando la idea que tenemos en la cabeza a un proyecto escrito.


El proyecto debe contener toda la información relativa a tres grandes factores determinantes: mercado al que nos dirigimos, problemas administrativos que podemos encontrar y la Financiación con la que contamos para empezar.


El mercado debemos analizarlo de forma objetiva y realista y con este análisis daremos respuesta a qué tipo de mercado nos enfrentamos, ¿el mercado está en crecimiento?, ¿el mercado se encuadra dentro de un sector innovador?, ¿es un mercado con mucha competencia?. Respondiendo detalladamente a estas tres cuestiones podemos hacernos una idea de si nos interesa entrar en ese mercado.


En cuanto a los problemas administrativos que habrá que solventar son muy variados, desde contratos e impuestos a permisos, licencias, seguros, etc.

Por último, la financiación suele ser una barrera importante para emprender cualquier proyecto. Sin financiación propia o ajena es difícil comenzar. Deberemos analizar con que recurso económicos contamos: dinero propio, créditos, apoyo de las administraciones públicas, etc.


Que forma jurídica elegir

Una de las decisiones que debe afrontar un empresario cuando decide emprender un proyecto,  es la elección de la forma jurídica a adoptar entre las recogidas por la ley. Es de suma importancia realizar bien esta elección puesto que cada formula tiene asociadas unas consecuencias jurídicas determinadas, que hará que sea más o menos favorable a nuestra futura actividad.

 

 


Es fundamental, para realizar una buena elección conocer, por una parte,  las ventajas e inconvenientes que están asociados a cada fórmula jurídica y por otra, una serie de factores como: la actividad a desarrollar, la libertad de actuación y decisión del empresario, la dificultad de constitución y gestión,  el número de socios, la experiencia de los mismos e implicación.

 

 


El tipo de actividad empresarial es, en muchos casos, el indicador claro de la forma jurídica a elegir. Por ejemplo, en actividades que conllevan alto riesgo, son adecuadas las formas mercantiles por sus limitaciones de responsabilidad, en otros casos,  es la propia normativa reguladora de la actividad la que nos exige la elección de una u otra fórmula.

 

 


La libertad de actuar y decidir  del empresario varía mucho de unas formulas a otras. En una sociedad mercantil personalista, por ejemplo, cada persona representa un voto, mientras que el empresario individual y las sociedades unipersonales tienen total libertad de actuación y decisión.

 

 


Cada forma jurídica tendrá una mayor o menor dificultad para su constitución. Por ejemplo, comporta mucha más burocracia una fórmula jurídica societaria mercantil que la fórmula de empresario individual. No obstante, este mayor esfuerzo únicamente se realiza al inicio de la empresa, por lo que no debería ser un factor que determine por si solo la elección.

 

 


Un buen empresario se caracteriza por su espíritu de crecimiento y desarrollo de su empresa. Esto hace necesario desarrollar una gestión adaptada a su actividad actual y a sus planes de desarrollo.

 

 


El número de socios que forman la empresa es otro factor determinante a la hora de optar por una u otra fórmula jurídica. Por ejemplo, para constituirse según las fórmulas de Cooperativas o Sociedades laborales es necesario un número determinado de socios. En general, si en la empresa hay más de un socio, tanto desde un punto de vista legal como económico, es más favorable elegir una forma de sociedad. Sin embargo, cuando la empresa la constituye una sola persona, este puede constituirse como empresario individual, de manera que no limita su responsabilidad patrimonial o limitarla si opta por el tipo de sociedad limitada individual.

 

 


En el caso de que las personas que van a formar la empresa no posean experiencia en la actividad a desarrollar, la fórmula de franquicia es la más conveniente.

 

 


Cuando la empresa la forman varios socios, es fundamental que quede claro el grado de implicación y responsabilidades que están dispuestos a asumir cada uno de ellos. Existen opciones  mercantiles que permiten participar a socios capitalistas para aquellos casos en que uno o varios socios no estén dispuestos a asumir elevados riesgos ni que deseen implicarse demasiado en el proyecto.